Que el talento y los valores no pasan de moda es una realidad
en el contexto actual. Poseen ese blindaje atemporal que les dota de un
aurea especial que permanece vigente en todos los estilos y tendencias
en materia de gestión de personas. ¿Por qué será?
Como indica el experto en Talentismo Juan Carlos Cubeiro, talento
es poner en valor lo que uno sabe, puede y quiere hacer. Asimismo, el
filósofo y educador Jose Antonio Marina lo define como inteligencia
triunfante que dirige el comportamiento hacia la libertad, la dignidad
y la Felicidad.
Un humilde servidor ha acuñado la definición de Talento como poner en acción
tu marca o propuesta de valor, es decir, aquello que se te da bien
(fortalezas) con aquello que te gusta (pasiones), teniendo en cuenta
lo que ofrece el mercado.
Asimismo, definimos valores como el conjunto de principios, que le permiten
a los seres humanos mediante su comportamiento, realizarse como
mejores personas. Es decir, son esas cualidades y creencias que vienen
anexadas a las características de cada individuo y que ayudan al mismo
a comportarse de una manera determinada. Los valores posibilitan la
determinación de nuestras prioridades, y ayudan a encaminar la vida
hacia la autorrealización. Estas creencias permiten elegir al hombre entre
una situación u otra, ya que los valores marcan y regulan todas
nuestras relaciones. Nos enamoramos de una persona por sus valores,
nos incorporamos a una organización, un proyecto o un equipo por
compartir valores comunes. Asimismo, rompemos relaciones y dejamos
las empresas por esos mismos valores que nos representan, y no
vemos reflejados en compañeros, parejas y directivos.
Por tanto, si cabe, igual o más importante es poseer unos valores éticos
e íntegros, que disponer de un talento especial para alguna actividad.
El ego y la falta de empatía alimentan la falta de esos valores.
El ex-jugador de baloncesto José Luis Llorente en una conferencia impartida
en la Escuela de Padres indicaba que los principios del deporte son base de
una educación en valores. Asimismo afirmaba que "el talento sin valores
no sirve para nada". Llorente comentó que en 1.999 la selección española
ganó el Mundial de Baloncesto Junior y comenzó lo que se bautizó como
la "edad de oro del deporte español". Deportistas como Iniesta, Casillas, Gasol
son modelos para la sociedad porque son humildes y respetan las normas.
Y muy especialmente, el referente es Rafa Nadal, una persona humilde, honesta,
trabajadora, generosa, integra y respetuosa. Como contrasentido podríamos
citar a Fernando Alonso, que tras conseguir su primer título mundial
exclamó "no le debo nada a nadie".
A lo largo de mi carrera profesional he conocido a diferentes personas que representan
una u otra posición. Por ello, puedo concluir que en la base de todos los
procesos de selección de personas debemos anteponer alinear
los valores, la cultura, la misión y la visión de una organización o proyecto, con los de
los candidatos, por delante del propio talento de los individuos. Esa falta de alineación entre unos y otros condena por seguro al fracaso.
Por tanto, talento si, pero no a costa de todo, y pagando peajes de
los que luego nos podamos arrepentir.
En definitiva, podemos concluir que talento sin valores no conduce al éxito y a la Felicidad,
ya que esos comportamientos que en algún momento puedan obtener algún resultado beneficioso
para un individuo, no pasará de ser a corto plazo, y nunca pleno ni feliz.
En la vida no vale todo a costa de todo.El esfuerzo, el compromiso, la humildad, el respeto, la integridad, la valentía y la libertad siempre terminan imponiéndose con el tiempo. La Luz vence
a la oscuridad siempre.
¿Has roto con tu pareja, has abandonado un proyecto o una organización?
Reflexiona sobre aquellos valores que han influenciado directa y
proporcionalmente a ello. Solo dentro de nosotros tenemos la respuesta.